domingo, 13 de marzo de 2011

Aséptico.



"Te estoy buscando en este inmeso vacío. Grito, grito tu nombre hasta desgarrar mi garganta, hasta que la impotencia y la desesperanza me invaden de nuevo, y vuelvo a caer en esa espiral. Bendita espiral de escepticismo y lágrimas. Bendito sosiego de esta alma atormentada en un remolino de sentimientos encontrados. Pero despues de la calma, viene el frío nihilismo en el que me encuentro. Donde ya Nada vale Nada."

Que triste es darse cuenta de que no le importas a nadie (fuera del núcleo familiar,claro está). Realmente nadie te quiere conocer, si, a ti. Simplemente eres un@ más. Un cuerpo entre cientos, que está de paso en esta soledad de multitudes. Donde prima el individualismo y el egoísmo. No hay una sola persona que se pare a pensar en ello (ni se parará). Y si se para, no hará nada. Comprensible.


Siguiendo a Hegel y para cerrar estos pensamientos quiero hacer referencia a su ensayo sobre la "muerte del Arte",he de decir que en el Siglo XXI estamos viviendo la "muerte del Amor". Entiéndase Amor en el sentido
completo de la palabra.

1 comentario:

  1. Ya he muerto muchas veces pensando en eso, y levantándome, y cayéndome, y muriéndome una y otra vez. Hasta que pensé que era mejor dejar que la vida siguiera, y que absolutamente todo lo que importaba era mi familia y que el mundo era como un gran oceano: ciérrase los ojos y priendese la respiración y se va nadando, sordos a todo el ruído, insensibles al tacto por el frío; solos en en vacío. Simplemente siguiendo la corriente intentando no pensar que el aire se escapará tarde o temprano. Y que quizá fuese mejor caer en todo el negro del mar.

    No me creerás si te digo que no es verdad; que, además de nuestras familias, hay quien pueda querernos de verdad. La diferencia es que siempre sabemos que la familia irá con nosotros hasta el fondo del infierno, y no hay como saber hasta dónde irán los amigos - que tienen sus amigos, y sus familias, y sus prioridades. Pero aunque solo te dejen en los portones, quizá te esperen retornar con una grande fiesta, para todo el siempre, aunque nunca regreses.

    No me creerás, que quizá hayas percibido demasiado tarde que muchas veces encontramos malas compañias y le abrimos el corazón solo para que lo destrozen; pero el oceano ya está lleno de gente ciega, sorda y insensible. El frío te congelará el corazón, y quizá te torne más cruel que los que te hicieron daño. Pero siempre hay quien nade contigo por un rato, y te guíe hasta la superficie, y que te segure las manos para que si conforten mútuamente. Porque todo el mundo teme de estar solo.

    Hay personas que permanecen con nosotros por una semana que vale por una vida, y quien esté cerca todo una vida pero sea un extraño. No importa quién sea, o cuánto tiempo dure; lo importante es andar juntos.

    Ahora, no hay como saber si elegirás correctamente la próxima vez; o si lo harás nunca. Hay que educarse no confiar demasiado, para andar con cuidado, para ver el alma en el otro. Hay que desconfiar. Eso es muy muy difícil, hay mucha gente que no te da el amor que mereces. Pero también hay gente que ha aprendido o entendido como hacerlo, que te va a aprietar la mano como si fuese eterno. Y sí lo es, por un rato. Una semana o una vida, no importa; el tiempo es distinto entre amigos.

    No me creerás, pero da igual. Quizá encuentres alguien que te haga creer otra vez en eso, como he encontrado yo; quizá tardes en aprenderlo, como yo. Quizá tardes aún más. Quizá la mayoría no se importe, pero siempre habrán idiotas que sí se importarán. O no has sido una de esas un día? Crees que eres la única? Pues te equivocas.

    Hoy el mundo es triste porque hay pocos de eses tontos que creen en el amor. Porque hoy son llamados tontos. Y les duele vivir. Pero los hay, sí los hay.

    ResponderEliminar